Debido a la inseguridad que se vive a diario en América Latina y el Caribe, urge la necesidad de crear proyectos donde el crimen y la violencia no condicionen las decisiones diarias, donde se vive, se transita, se invierte y lo que se hace o deja de hacer un fin de semana.
Todo esto afecta la calidad de vida de los ciudadanos como los cerrajeros, el desarrollo sostenible no se logra sin seguridad y viviendo con miedo, si se busca tener comunidades donde las personas puedan vivir tranquilas y donde los niños vayan a la escuela sin miedo se debe trabajar en los entornos que los rodean.
Pasos para reducir la inseguridad
Estos son esenciales para reducir el problema de inseguridad desde lo local:
Primero, las autoridades locales deben tener el liderazgo ante esta situación, mostrar a los ciudadanos que son escuchados ante su clamor por una mayor seguridad.
Los gobiernos nacionales tienen un papel fundamental para establecer pautas de una política de Estado en cuanto a la seguridad ciudadana. El gobierno debe contribuir a construir capacidades para que los actores puedan actuar y apoyarlos cuando el crimen desborda las capacidades locales.
Segundo, alinear las acciones de sectores gubernamentales hacia el mismo objetivo que es reducir el crimen y la violencia, integrar la dimensión de seguridad ciudadana, dentro de las agendas de desarrollo social, urbanístico, cultural o deportivo.
Hay ciudades que han decidido que cada biblioteca, cancha de fútbol, parque, poste de luz este pensado para mejorar la inclusión y convivencia de los ciudadanos.
Tercero, no se puede ignorar a la policía, este es un componente esencial para prevenir y controlar el crimen, ellos son los que mejor conocen a la comunidad, sus desafíos, entre otros.
En muchos países los gobernantes culpan a los policías si existe mucha delincuencia, y los policías culpan a los gobernantes por falta de apoyo, nadie tiene la responsabilidad, esto debe cambiar.
El aumentar la fuerza de la policía, no ha sido una buena decisión, afectando la labor policial, cuando los gobiernos locales y los policías trabajan en conjunto hombro a hombro obtienen como resultado la reducción de los delitos.
Cuarto, anticiparse al crimen, según datos estadísticos de América latina, los jóvenes están representados entre las victimas y condenados por delincuencia. Sus vivencias demuestran patrones comunes como la violencia intrafamiliar, abuso de alcohol y drogas, violencia en sus barrios, falta de oportunidades y la indiferencia del Estado.
Se debe realizar una intervención en padres y comunidades, desarrollar habilidades técnicas y socio- cognitivas ofrece un abrigo de protección a estos grupos vulnerables. Lo importante es prevenir el crimen.
Por último, no toda la responsabilidad es de la policía y los gobiernos, parte del éxito de la reducción de la violencia proviene de la sinergia e innovaciones que desarrollan con el sector privado y la sociedad civil.
Muchas veces se piensa en el sector privado para financiamiento o trabajo, pero esto actualmente genera información como big data para profundizar en el análisis de las dinámicas criminales.
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